El artículo es un parte de un serie más profundo
desarrollando la tema de adolescentes embarazadas
en Ecuador. Lee más sobre el proyecto aquí.
Por la noche puedo escuchar los sonidos de bebés: balbuceando, tosiendo, riendo o llorando. Escucho a sus madres susurrando dulcemente, “Te amo. Te quiero.” Y son comunes los sonidos de biberones, eructos y canciones de cuna.
Las madres con quienes estoy compartiendo mi habitación son similares a las de mi país. Se despiertan temprano, bañan a sus bebés, trapean el piso, cocinan la merienda, lavan la ropa, y tienen fiestas de cumpleaños.

Estas madres también son estudiantes y al mismo tiempo que cumplen con las responsabilidades propias de su maternidad: deben hacen tareas escolares, compartir quehaceres domésticos, y ocasionalmente compartir reuniones con sus familias.
Cabe recordar que las edades de estas madres no sobrepasan los veinte años.
Con la tasa de jóvenes embarazadas más alta en América de sur, el problema de la salud con respecto a la educación reproductiva y sexual está creciendo significativamente en Ecuador.
“Casa Elizabeth” es una casa para jóvenes embarazadas y para sus bebés. Está ubicada al norte de Quito, la capital de Ecuador, una ciudad bonita y rodeada por montañas.
Las personas que visitan “Casa Elizabeth” se impactan con el color rosa pastel de la pared, la música de una radio que permanece encendida y cuyos ritmos se confunden con el llanto de los bebés y con el ruido estrepitoso que hacen los niños al correr por la casa.
En “Casa Elizabeth” viven cinco chicas. Esta casa, actualmente está dirigida por la “Familia de la casa:” compuesta por un matrimonio Cristiano y sus dos niños; de cinco y un año respectivamente.
En total son cinco chicas jóvenes, dos recién nacidos, dos bebés un poco más grandes, una nena pequeña, y un niño muy activo de cinco años. A este grupo se ha integrado una estudiante con serias aspiraciones de ser periodista, realmente todo esto representa una combinación de “ Mi Boda Griega Grande” y “19 Niños y Subiendo.”
En medio de este torbellino, se puede percibir un gran sentido de familia entre todas las chicas que habitan en esta casa.
“Nuestro enfoque es amar y cuidar a las chicas para que ellas tengan un encuentro con Jesus,” dijo Elisa Brown, Directora del Comité “Casa Elizabeth.”
“Las personas siempre quieren brindar cariño y amor a los bebés, pero no sucede lo mismo con las jóvenes que han incurrido en errores, esta es una dificultad y quisiéramos cambiar la situación, dando la posibilidad de que estas chicas se incorporen a una familia.”
La tasa de fertilidad es drásticamente más alta entre las personas de escasos recursos que entre las personas adineradas, la relación es de 4 a 1 respectivamente.
Con la tasa de jóvenes embarazadas más alta en América de sur, el problema de la salud con respecto a la educación reproductiva y sexual está creciendo significativamente en Ecuador.
El Reporte Nacional del año 2013 mostró que hay 81 nacimientos por cada 1,000 chicas, cuyas edades fluctúan entre los 15 y 18 años. Estos nacimientos muchas veces son el resultado de una insuficiente educación sexual y reproductiva, el producto de un abuso, o el resultado de estereotipos culturales que generalmente atribuyen las culpas a la madre y justifican las fallas del padre.

1 en 5 mujeres en Ecuador tiene su primer hijo antes de tener 18 años.
Un reporte del año 2007 de la UNICEF puso en evidencia los porcentajes de jóvenes embarazadas especialmente en América del sur y el Caribe, lugares en donde estos índices se están incrementando de manera vertiginosa. Ecuador tiene un registro muy alto de mujeres embarazadas, cuyas edades son inferiores a los 19 años y es preocupante la rapidez con que este problema se está propagando. Un estudio realizado en el año 2004 por parte del Centro Ecuatoriano para la Prevención y Control de las Enfermedades, mediante una encuesta de la Salud Reproductiva Internacional, mostró que en Ecuador por lo menos una de cada cinco mujeres tiene su primer hijo antes de cumplir 18 años.
Es una pandemia que impacta a las clases socioeconómicas con mayor nivel de pobreza en el país. El embarazo precoz está relacionado con la carencia, la vulnerabilidad, la prematura deserción escolar, y la desventaja económica.
El mismo reporte de la UNICEF mostró que la tasa de fertilidad es drásticamente más alta entre las personas de escasos recursos que entre las personas adineradas, la relación es de 4 a 1 respectivamente. Reportes actualizados muestran que esta inequidad se ha agudizado en los últimos quince años.
Al ser conscientes de las estadísticas, cuyos resultados son alarmantes, Inca Link inició un proyecto orientado a paliar esta situación.

“Sentimos desde inicio un llamado para ayudar a las jovenes embarazadas. Creo que el sistema medico abusa de esta situación porque ellas desconocen su propio cuerpo,” dijo Brown. “Al principio, yo iba a hospital para quedarme con ellas [porque estuve tan apasionada por ayudarles].”
Ahora, “Casa Elizabeth” se enfoca en una ayuda absoluta, es decir se preocupa de la salud física, mental, económica, académica y espiritual de las jóvenes que acoge y a la vez de sus niños. “Casa Elizabeth” orienta su trabajo a la solución de este problema social.
“No somos una institución en donde se entra y se sale; formamos una familia,” dijo Brown.
Las siguientes historias son las de esta familia: las de las cinco chicas quién viven en esta casa. Sus historias representan a las historias de muchas jóvenes en Ecuador — chicas que se encuentran como madres en medio de las desventajas social, cultural y económicas.
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